miércoles, 15 de febrero de 2012

Cuando la pasión puede más


Nada cambió. De hecho, es todo más de lo mismo: ilusión mentirosa para caer en los improperios típicos que connotan la desilusión de un hincha.

Pero ahí estamos los fieles de siempre. Aquellos que no nos comemos el verso de "quien tiene más aguante" o quien "alienta más", sino quienes no nos conformamos con esas yerbas del folklore (que, claro está, tan lindas son) y que solemos fijarnos más en cómo juegan los once que salen a defender nuestra camiseta.
Allí estamos nosotros, depositando confianza -también billetes- en esta nueva dirigencia con Cantero a la cabeza que parece querer hacer las cosas seriamente. La institución debe ser levantada y el llamado a asociarse tuvo eco. El hincha quiere volver a la cancha, pero no sólo para apoyar a la nueva comisión, sino también para iluminarse los ojos con buen fútbol: ese que la estirpe roja supo enarbolar durante toda su historia.

Independiente, en lo que respecta a lo estrictamente futbolístico, sigue siendo un "corso a contramano", como bien lo definen sus más fieles devotos en las redes sociales. El "Bocha" no se equivoca al decir que Ramón parece perdido, hay que saber que la crítica viene de alguien que está autorizado por historia propia para analizar el presente. El técnico, que de trayectoria exitosa está rodeado, debería poner énfasis en el armado de ciertas estructuras fundamentales del equipo. Porque si bien ante los sanjuaninos no nos dieron dos claros penales, el equipo cayó derrotado por un rival que jugó aún peor que nosotros. Entonces, evidentemente, algo no anda bien, y pareciera ser que todos los premios se los lleva el mediocampo, hoy en día tierra de nadie con un doble 5 que no se desdobla: no ataca correctamente y no defiende como debería. ¿Pasará por un cambio radical en esa zona la solución a la falta de fluidez de juego? Todos los caminos conducen a Roma...

Para esta segunda fecha ante el siempre complicado Lanús, llegó la hora de rebelarse; de demostrar que tenemos un 10 que puede jugar a algo distinto; que tenemos un 9 que metió más de cien goles en Primera; que tenemos una defensa y un arquero de calidad...Y de darnos cuenta de una vez por todas que la camiseta del rojo tiene mística.

Por eso, más allá de que todo sigue siendo igual que el año pasado, es decir una lotería futbolística, hay que mantener la exigencia a flor de piel para ver si de una vez por todas podemos dejar de pensar como si fuéramos parte del medio pelo, para reivindicar otra vez a un club que se muere por volver a ser lo que fue.


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